Cuando se recogen los restos de materia orgánica del contenedor marrón, los restos orgánicos pasan por un pretratamiento en el que se separan las bolsas y desechan los impropios.

El material depurado se deposita en unas trincheras, donde se tapan y se procede a su fermentación aerobia, o compostaje, mediante el soplado de aire.
Tras varias semanas de proceso en estas trincheras, denominadas de compostaje, en las que el material se degrada e higieniza, el material se traslada a otra trinchera, denominada de maduración, donde continúa el proceso de aireación, esta vez sin cubrir con lonas.
Tras esta maduración el material se encuentra estabilizado en forma de compost maduro.
EL COMPOSTAJE
El compostaje es un proceso de tratamiento/estabilización de los restos orgánicos, basado en una actividad microbiológica compleja, llevada a cabo en condiciones controladas (aeróbicas y termófilas) obteniéndose al final un producto estabilizado e higienizado con olor a tierra utilizable como abono, enmienda o sustrato. Cuando se habla de condiciones aeróbicas y termófilas se refiere a que el proceso requiere de oxígeno y que en él se produce calor como consecuencia de la actividad microbiana y por consiguiente degradación de los materiales de origen.
Con el proceso de compostaje conseguimos dar un valor a los biorresiduos, ya que se obtiene un producto (el compost) con alto contenido en materia orgánica que resulta muy beneficioso para el suelo y las plantas. Con el reciclaje de los materiales biodegradables y su incorporación en el suelo cerramos el ciclo de la materia y permitimos que éste continúe fértil y productivo a lo largo del tiempo.